Hay calles donde nadie se molesta en hacer nada. Están hasta arriba de nieve. Están sucias. Otras, en cambio, presentan un orden, una colocación de los restos de nieve que son muchos, sus vecinos se han preocupado de coger la pala y hacer caminos.
Lo mismo sucede con los gobiernos: Pedro Sánchez, aparece desgarbado, perezoso, cuando ya ha empezado el partido. No se pregunta: ¿Qué ha fallado? En cambio, Almeida inicia el partido, se mete a limpiar, ayuda en lo que puede. E incluso llega a decir que hay que hacer un análisis, una vez solucionado el problema, de la situación. Yo, al Gobierno no le he oído nada semejante. Más bien asus ayudantes ministros les he escuchado que TODO está solucionado.
Qué bueno, que la nieve sirva para reflejar como somos todos. Que fallamos en muchas cosas, es evidente ( o sino fíjate en la cantidad de camioneros que todavía siguen aparcados en las carreteras). Toda nueva situación exige un análisis, una reflexión para ver cómo se puede mejorar. Se trata de lo que suele carecer este país: un orden, una estructura, unos objetivos, una cabeza pensante que organice y dirija, para que no crezcan las ramas en la nieve el próximo año.
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