Llego cansado y en la primera sala, solo, me desguazo del cuerpo,sin que se note. Me quedo con unas piernas que se mueven a su aire. Imagino, guiadas por cada mitad del cerebro. A su aire. Y doy gracias cuando pienso la poca importancia que le damos a estos tentáculos, porque es difícil sujetarse, sostenerse, y no ser dependiente. Algunos, al final de su vida, caminan apoyados en tres o cuatro piernas. Dependencia. Nadie lo tiene en cuenta: dependencia de niños, dependencia de ancianos (y el gobierno sin hacer Residencias!!!)
Llego cansado y me reconforta este juego de niños, que es el arte: cada uno hace lo que puede: expresa lo que lleva dentro a su manera, y para él es arte. Que cada uno interprete a su entender, porque para repetirse, buena gana.
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