-"Me hice muy amigo de Reynaldo Aleñas. Un día me llamó para decirme:"António, voy a matarme". Pensé que era una broma porque era un hombre muy teatral. "Mátate". Y se mató. Había un argentino muy curioso, Ernesto Sábato, no sé si sigue siendo leído. Era insoportable, quejándose del mundo siempre.
...hice amigos en España, como Juanito Marsé y Javier Marías. En mi opinión son muy buenos escritores. Me quedé maravillado con Sánchez Ferlosio,(...)Tenía mucha gracia lo que decía de su mujer, que era una viuda con el muerto en casa.
Unos amigos(..) (a Gautier) lo llevaron al Prado para ver Las Meninas. Él se quedó delante del cuadro sin decir nada, pasó una hora, más tiempo. El único comentario que hizo fue una pregunta:"¿pero donde está el lienzo?"
-Los mejores son los que trabajan más y no se quedan contentos con la primera versión. La primera versión no puede ser buena. Es un oficio de paciencia. Y de un poquito de valor para aguantar los tiempos de desánimo, que son tan frecuentes.
-Horacio, el poeta latino, decía que el poeta tenía que trabajar 10h. al día, una para escribir y las otras para corregir.
-Un libro nunca está acabado, puede estar definitivamente inacabado. Siempre es posible mejorarlo.
-Borges decía que Quevedo no era un escritor, que era una literatura.
-Quizá el éxito no sea más que un fracaso que llega tarde." (El Mundo,13 de Octubre)
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