CON LOS OJOS DEL TIEMPO Y DE LA TIERRA NEVADA; CON EL PICO DE LA MONTAÑA Y EL SONIDO DEL PICAPEDRERO; CON LA BIBLIA EN LAS MANOS Y JESUCRISTO EN EL CIELO; CON EL SILENCIO DE LAS NUBES Y EL GOTEO DE LOS CENCERROS; CON LA HUMILDE PACIENCIA DEL CARPINTERO Y LA ORACIÓN SERENA DEL FRAILE LENTO; CON EL AULLIDO DEL LOBO Y EL CENCERRO DEL CORDERO: ORA ET LABORA: EN LA GRUTA DE LA PEÑA CON LA ESPADA TRITURADA POR RETIRAR LA MALEZA; EN RECUERDO A LOS HUMILDES ARTESANOS Y A LOS REYES SOBERANOS DEL REINO; PERO SIEMPRE CON LA BIBLIA Y LA CONCHA PEREGRINA DE SANTIAGO; UNA BREVE MISA, UN CORTO ESPACIO DE TIEMPO, UN REPOSO HUMILDE Y POBRE, UN SILENCIO NECESARIO, UN RECOGIMIENTO INTERIOR: TODO A SU TIEMPO EN CUALQUIER TIEMPO PARA CUALQUIER TIEMPO, QUE HAY UN TIEMPO PARA TODO.
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