Mientas descanso en la tercera
planta de Madrid CentroCentro, observo la Civiles, el movimiento constante de
los coches que giran en torno a la diosa. Me digo: prefiero esto a estar viendo
la dictadura de la televisión. Como dijo el político: una mentira repetida mil
veces se convierte en verdad. Cierto: ¿has observado a esos periodistas
cazurros haciendo la misma pregunta a su interlocutor, que suele ser un
político, ocho o diez veces? Si lo
piensas bien, esto es la dictadura actual: a base de repetir la misma pregunta,
aunque la respuesta sea distinta, el televidente se queda con la pregunta como
si fuera una respuesta.¡Qué vulgaridad! ¿Dónde habrán estudiado?
De pronto pienso que este
Palacio, hoy sede regional, es como la política. Muy bonito por fuera, pero
nada por dentro. Las dos muestras de exposición ¿que existen? son patéticas. Gracias
que Carmena se jubila, ya era hora, que deje el trabajo para los más jóvenes y
necesitados.¿O se lo quiere llevar a la tumba, como Rubalcaba?
Aburrido de mirar la vanidad del
movimiento decido irme. Llega un grupo de extranjeros con su guía, ¿a ver qué?
Y sin embargo hay una chica en la puerta que se muestra tan amable ofreciéndose
para explicarte lo que contiene el Palacio.¡Si no hay nada!!!