Caravaca de la Cruz tiene una tradición, la Vera Cruz, que es una doble cruz, y la Fiesta del vino, que empezaron los antiguos agricultores, una fiesta popular que se fue perfeccionando, hoy de moros y cristianos, con el uso de los caballos que venían del campo con el vino para ofrecerlo a la Vera Cruz o Lignum Crucis (Cruz de Cristo). Su atracción no es sólo local sino también comarcal y hasta nacional, con gran asistencia del público. Ello conlleva la participación de todo el pueblo, preferentemente de los mozos que forman cuadrillas para ver cuál caballo es el más adecuado para la fiesta. Esto constituye en Caravaca una serie de trabajos de manualidades para decorar, como si fuera un gran personaje, el caballo. La creación de estos trajes -también de moros y cristianos- está constiyundo la base de una industria para el pueblo. Su belleza y laboriosidad es enorme. También su colorido y el dinero que genera esta fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario