viernes, 31 de enero de 2020

Margarita Ariza y Nicomedes Gómez

Se oía suavemente, en Carthago Nova, no lejos el mar que golpeaba en el lomo del acantilado del puerto, sin que el hombre del ZULO lo ignorase, donde habían llegado en otro tiempo hombres valerosos desde Túnez, desde aquel Cartago, a esta Cartagena, los generales que estudiábamos de niños: Almícar Barca, Asdrúbal y Aníbal a luchar contra el Escipión, sin que lograran el dominio, a pesar de que los cartagineses les permitieran reposar y residir, trayendo desde África los elefantes gloriosos que no lograron conquistar Roma, ni hacerse con Cartagena. De este modo los Romanos se dieron un baño en el puerto, pusieron su teatro y extendieron una cultura vanguardista, que, hoy, para Margarita son sensaciones de la naturaleza mezclada con los objetos cotidianos.
Del mismo modo, Nicomedes Gómez en "Los reflejos de lo imperceptible", busca el efecto del sol cayendo sobre el agua, en un reflejo que crea imágnes distintas,  difernetes. ¿Cómo traducir todo esto en arte? Nicomedes nos lo enseña.


 

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