El cielo, la luz, las gaviotas,...pueden ser motivos, aunque no los únicos, naturales, de una idea del arte sometida a la inspiración del artista, idea que fragua en su pensamiento y se concreta en el momento que se realiza. La oscuridad del día lluvioso, las gotas de agua, el mar bravío, los nubarrones que crean un color vaporoso producen un estado anímico propenso en algunas ocasiones a la inspiración de la obra de arte. Dicho paisaje lo observamos muchas veces en muchas obras de arte pictórico. Se desencadena así un ambiente: las gaviotas se acercan a la orilla del mar posándose en la arena, abren sus picos para tragar pequeñas bolas arrojadas como desperdicios marinos. Una bola circular puede representar imaginativamente muchas ideas que, por analogía, atribuimos a las realidades que tienen esa forma, conocidas. Las significaciones forman parte del conjunto de ideas culturales que el individuo ha ido adquiriendo a lo largo de su vida. Puede ser un pico, una hoz, una brazo inclinado,...cualquier representación mental que es y no es al mismo tiempo, pero que se asimila en algún aspecto al mundo percibido y observado. Eso es el arte.
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