Si te asomas a este Museo, caminas hacia un período de tiempo que crees recordar. Los "objetos", a veces conocidos o incluso desconocidos, son buena muestra de ello. Digo los objetos como las camas, los baules, los armarios, las sillas , los escritorios, las habitaciones con sus decorados: espejos, relojes, cuadros, porcelanas,..., lo que sabes que contiene una casa de la alta nobleza. Nos gusta vernos reflejados con el paso del tiempo en el espejo de la abundancia que otros disfrutaron e imaginarnos la vida que otros pudieron llevar, siempre mejor que la nuestra.Pero, fíjate bien,ni siquiera esos mismos dueños de estas exquisiteces, como se dice ahora, siguieron conservando un mundo, hoy, en flaca decadencia.Sobra tanta grandeza y rebuscamiento. Se ha impuesto el estilo simple, fácil y cómodo.
No obstante, estas "grandezas" tienen también otra mirada, una mirada interior: la de los artistas que dieron forma a cada una de estas obras, obras elaboradas de manera minuciosa y bella para un fin utilitario. De este modo recordamos a todos ellos , anónimos, que invirtieron mucho tiempo y gran maestría en figuras, muebles, retratos,...en toda una obra que dio sentido a un modo de vivir. Por eso merece la pena visitar también este tipo de museos.
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