Anne-Marie Schneider
(1962-), artista francesa, violinista, muy próxima en su pintura a
los ilustradores de artes gráficas. Un detalle: papel blanco con
borrón: esto es el dibujo: una pierna como un tentáculo, una cara,
unos ojos grandes, desorbitados, unas manos que surgen desde el
fondo, del abismo negro, sobre fondo blanco o negro, seres que
sufren, gritan, medio seres, cuerpos, medio cuerpos,etc. . El borrón,
la tinta sobre el papel ya tiene forma de figura o medio figura, no
es necesario más, no hace falta más que saber mirar, ver. Su arte
se centra en un dibujo, en blanco y negro, preferentemente, de pocas
pinceladas donde el trazo se constituye en elemento esencial para
definir una visión del mundo, especial y cotidiano. Su estilo es
rápido, ágil, parece improvisado, pero sobre todo es narrativo:
cada cuadro es una historia, se describe de manera lineal, un lugar,
sin color al principio, luego el color rellena la obra, la
transforma, ayuda a su expansión. Su obra es simple, sencilla,
aunque difícil de conseguir, excesivamente expresiva y sumamente
interesante.
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