Todo a su tiempo, los toros y la recogida de maíz, y el caracol al cesto. Paseando por los pueblos recordé la historia de los Reyes Católicos: Tanto monta monta tanto...Mora de Rubielos como Rubielos de Mora; la mora Fátima con
el Caballero cristiano, unidos por la competición y el valor de este segundo
que obtuvo del padre de la Mora Fátima, el compromiso y la mano, para unir dos
pueblos para siempre. El uno, dueño de él casi nada más que un noble; el otro, sin noble, pero con muchos potentados, con casonas, escudos, hierro forjado, una maravilla.
Todos los pueblos buscan una manera de subsistir. Cada uno tiene su valor y lo distingue algo insustituible en otro pueblo: su trazado, sus construcciones, sus calles, sus silencios,...
Aunque parezca muerto, nada lo es hasta que no deja de existir. Así en estos pueblos de Teruel, imágenes tomadas en Rubielos de Mora,
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