Paisaje de la tarde anaranjado
con primor y tristeza, a su vez embellecido
con sustancias del día ajado
en bellos tesoros en tierra hundidos.
Si al oscurecer, el día ya es ido
podrán tus nuevos sueños alborotados
decir humildemente que se ha cumplido
la voluntad de existir y ser amado.
Más si el tiempo no recibe su pasión
con orgullo, nadie tendrá en el recuerdo
la historia de la luz, la luz en el cuerdo
caminar, sino el difunto y vago dolor
de no apurar el momento que tanto
te pudo llenar, entonces sin llanto
recibirás el aurea vacía del amor.
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