sábado, 2 de marzo de 2024

Atapuerca


 No llovió, pero había llovido. En los pasos y andamios quedaba el hielo y la nieve. Frío, lo que es frío, hacía mucho. No me extraña que aquellos parientes nuestros se cobijaran en oquedades. ¿Sino cómo iban a vivir hasta los treinta años, más o menos?

Ver el paisaje, te trasmite la idea del lugar que el ser humano eligió para construir su habitat.  Para que te hagas una idea: unas elevaciones del terreno (montañas no muy altas) constituyeron, -al lado de una llanura de terreno fértil- el lugar más acogedor para esa gente.Y todo se descubrió cuando una empresa inglesa que explotaba los recursos naturales de la zona, decidió -lo verás en la última imagen- romper o atravesar la montaña, y en ese momento, eureka, los arqueólogos se fijaron en las capas del terreno observando que existían grutas taponadas con tierra que se había caído a lo largo del tiempo rellenando esos huecos. Ahora cualquiera lo observa fácilmente.

No lejos de las excavaciones, en el campo libre, los arqueólogos han construido un edificio donde investigan y trabajan y desde allí acuden estos jóvenes investigadores para en hora y media explicarnos las diversas cuevas con sus trabajos. La arqueóloga que nos explicó al grupo fue muy amena, y algunas orientaciones nos dio para conocer la evolución -sobre todo de los cráneos- de los restos encontrados. Aunque pasamos frío mereció la pena.

El siguiente paso fue ir al Museo donde se recogen todos estos hallazgos:el Museo de la Evolución Humana.

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