viernes, 28 de mayo de 2021

LANDERO


 No es una novela, son residuos (capítulos) cenizas de una experiencia vital vivida: el oficio de escribir, la inpìración y medida exacta sobre la elaboración de la novela, la visión de qué es la vida o el enfrentamiento vital, los consejos a sus alumnos como profesor, los recuerdos del pueblo, algún trabajo esporádico…todo ello, su mundo real,  mezclado con cierta superficialidad de referencias literarias. Eso es este libro.

Ni que decir que no me interesan para nada los consejos que alguien te pueda dar para vivir o para escribir una buena novela; e incluso que me cuente su experiencia me parece intrascendente, porque no es historia sino que entra ya en el tema del ensayo.

Landero escribe muy bien, de esto no hay duda.

Pero el libro no es una novela; más bien son recuerdos de un hombre mayor.  Ahora bien si esos recuerdos como pasa en otros escritores –Llamazares, Muñoz Molina, Manuel Rivas, Delibes, Luis Mateo, Aramburu….-proceden de contar, a su manera por la forma de vivir, la historia que subyace en una experiencia vivida en su pueblo-todos proceden de pueblos- es sumamente interesante. De ahí que el capítulo que más me ha interesado de este libro sea el titulado: “Hombres y mujeres”

“(referente a los hombres “ si había que ir a un sitio, había que ponerse en marcha en el instante mismo de la decisión, porque un ratito después ya no merecía la pena ir a ninguna parte. Por el contrario, mi abuela o mi madre sabían disfrutar del tiempo que media entre el deseo y la realización…”. “los hombres se ocupaban del porvenir, que era siempre incierto, en tanto que las mujeres vivían correteando por el presente…” “La épica era cosa de hombres y el costumbrismo de mujeres”   

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