viernes, 21 de mayo de 2021

Boletines


 El mayor, estudiante, a la caída de la tarde, hace  limpieza y establece orden. Está indeciso y no quiere saber el valor de lo que arroja. Dicen que el tiempo pasa para todos, pero para este  mayor ha pasado demasiado deprisa. Coge carpetas sin mirar su título, abre las anillas, y saca un montón de hojas del Boletín Oficial del Estado que acumuló durante años, para meterlas en la papelera. Inmediatamente recuerda esas esculturas de Torner realizadas con los desechos también, cree, de boletines que vio, cree, en una exposición de la Biblioteca Nacional de Madrid. Guardará algunos para hacer lo mismo. Con cemento. El estudiante habla consigo mismo:

-¡Cuánto trabajo realizado! Y cuánto tiempo perdido?!

Las carpetas están llenas de polvo y las hojas del Boletín tienen el color del pis por el paso del tiempo.

.¿Cuántos años llevan encarpetadas?

Coge una gamuza azul  para quitar el polvo. La deja. La cambia por unas toallitas. Tampoco le gustan. ”polvo eres y en polvo…”, mejor dejarlo. Fuera trapos!                

-¡Tanto conocimiento sin provecho?

Necesita un poco más de tiempo, que ya no tiene. Piensa, mejor, le viene a la memoria sin saber por qué un pasaje de Viaje a la Alcarria de C.J. Cela,  que hablaba del pueblo de Tendilla donde Baroja tuvo un olivar. ¿Qué habrá sido de él?  

Tierras, olivares, libros, fotocopias, apuntes, hojas extraídas del boletín con un fin determinado…todo tiene un fin, que no siempre se cumple porque llega el fin del tiempo de uno mismo. Hoy más que nunca deseo lo mismo que Cela, descansar y cenarme cinco huevos fritos con un trozo de chorizo.



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