Lo mismo en el arte: la bioluminiscencia está repleta de detritus, como esta nieve extraterrestre. Lo que hace interesante a la obra es el conjunto de detritus: cuantos más, mejor. No siempre es fácil adivinarlos, percibirlos y comprenderlos. Requieren de conocimiento e instrucción. El arte tiene una evolución, que se llama cultura: si careces de la misma, te quedas mirando el sol, que no existe por la noche.
Hoy la cultura son las redes sociales y la mala información de los periodistas que se basan en copia y pega. No hay más allá. Es el frío del conocimiento. Se dan premios porque tienen que darse: nadie hace análisis y dan premios por hacer esa tarea didáctica.
Los parámetros de la cultura son los siglos de cultura que llevamos: desde el Paleolítico hasta hoy, vertido en miles de disciplinas que exigen una comprensión y estudio. El arte es la evolución de esos parámetros. Lo mismo pasa con la escritura, con la expresión de textos, la intertextualidad: quien haya leído la picaresca, Lope, Calderón, Quevedo, Galdós, Pardo Bazán, Cela...no sigo, tienen una voz que enseguida identificamos en "alguien" que quiera imitarlos. Si no los has leído, imposible que puedas disfrutar de semejante imitación.
Lo mismo le sucede al arte, piensa en una obra como "Las tres gracias", las veces que ha sido representada, los guiños que han hecho diferentes artistas...eso es la bioluminiscencia del arte.
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