Tubos y botellas de plástico crean mundos que tienen vida, pero que aquí no se puede demostrar. La ingeniería y el arte se unen en estas obras monumentales. El éxito está asegurado.
Es de agradecer que todavía queden personas que se dedican a fabricar, inventar y crear mundos. Es más, que despierten en el público una cierta curiosidad asistiendo a su exposición, comentando lo llamativo de la misma, fijándose en el ingenio del artista.Un mundo de esta manera merece la pena. Indica que todavía hay aspectos de nuestro vivir`por los que luchar : la verdad frente al engaño; los artículos de opinión que aportan razones sobre las que nunca habíamos recapacitado; las entregas voluntarias a causas de comprensión humana; el compartir los gustos artísticos, literarios y científicos; las expectativas que estos crean en la evolución de la sociedad; las valoraciones éticas de los individuos con principios; la belleza del arte como actividad esencial del ser humano, etc.
Esta exposición tiene estos valores; por eso te la aconsejo que la veas.
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