jueves, 13 de noviembre de 2014

SALIR...



SALIR A LA CALLE

OTRA vez
la realidad se volvió tozuda:
este es un tiempo en decadencia,
los grandes mitos cayeron:
los que tenían ideología se metieron en la trampa del becerro de oro,
los ricos que pedían recortes se destaparon en el robo,
los mercaderes fueron expulsados del templo,
el que la hace la paga se convirtió en un cuento para niños,
y hasta la vida intentó que lo viejo muriese y renaciese lo nuevo,
pero parecía, -y es-, imposible.


OTRA vez
abriste los ojos como si te hubieras desprendido del cordón umbilical,
la vida empezó a tener menos valor que la palabra,
la justicia adoptó el tinte de las normas de juego de los niños en el colegio,
-ahora me la salto, luego no me gusta y la cambio-,
el hombre de leyes inventaba teorías no legales, como cualquier público,
-pongamos por caso, el amor condicionó su actuación, lo hizo
sin ser consciente, se le aplicará una ley para el caso: Botín o Atucha-
el empresario dejó de existir porque te diste cuenta que era tu dinero,
el trabajo te era, de este modo, arrebatado injustamente,
aunque no fue lo peor:
lo peor era que lo que tenía que morir no lo hacía
y lo que tenía que nacer no llegaba.

OTRA vez
la propaganda de los medios quería amargarte la tarde
y el día, la noche y el mes, quizás el año;
los mercados olían a cebollas podridas
y los jubilados hablaban del desprecio del 0,25% de subida
que se llevaba el agua,la luz, el coste de la vida;
el mundo empezó a girar al revés
y se anunciaron noticias de desórdenes,-siempre en otros países-,
y algaradas que reflejaban que hasta aquí hemos llegado:
se dejó de creer en el Estado de Derecho viejo y podrido
inventado para defender al poder del gobernante:
los poderes tuvieron miedo y la prensa señalaba que los capitales
emigraban: de nuevo inventaron el miedo
para atacar a los pueblos
sólo que el pueblo se cansó de defender injusticias

y salió a la calle

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