Artista vasca, premio Velázquez de Artes Plásticas.
PERFORMANCE
Al otro lado, realidad
incomprendida,
al otro lado del muro,
obstáculo lingüístico,
el frío,
dentro de ti la vida es
grande, excelsa,
el calor se resguarda en
las sábanas blancas,
fuera, la violencia de las
gotas de lluvia sobre los cristales,
en el interior el vaho
caliente de los besos,
elevación,
de pie abarcando más y
más,
la alfombra llena de hojas
amarillas,
sobre la carne el sabor
del otro,
el empuje que desarruga
los misterios de la mente
ausente, caminando por el
interior.
Otro golpe, una realidad
extraña,
alguien que espera más
allá,
tal vez un niño apaleado
en una cuneta, muerto,
un hombre descuidado, en
un portal, con barba, recibiendo la noche,
en el interior una
horizontal alargada, trabajo de manos,
naranjas adornando la
alfombra, amarillas,
viejos vínculos que huyen
como fantasmas,
la humedad espesa que
envuelve la calle y la ciudad,
el reposo
-todavía hay lugar para
la esperanza,
para la vuelta, para el
regreso, para el reconocimiento-
cansino aguantando el
calor del frío hierro
otra actitud,
otra postura
lateral la mano buscando
algo cálido:
el sabor de un plato
dulce, de una noche de música;
en el exterior, la
violencia del agua que cae sobre los motores
ignorantes,
no te rindas, por favor
-hay deseo-
no te rindas más allá de
lo necesario,
otra vez de pie,
la alfombra llena de hojas
amarillas,
sigue, sigue, la necesidad
con premura
hay espacio en la alfombra
donde acabará
el cuerpo gozado,
auscultado, investigado,
recorrido, entregado,
saciado.
El mundo es el problema,
en cambio, las sábanas y
la cama
hacen que lo grande sea
pequeño,
lo arduo, fácil,
el silencio, comunicación,
la mirada, pasión
envuelve el cálido
espacio la luz amarilla
las manos siguen, un gesto
lento, lentísimo,
suaves murmullos de paz en
lo recóndito,
en lo escondido, goce, por
la falta de luz exterior.
Tal vez un pájaro pase
volando calle abajo,
tal vez su canto augure
una vuelta hacia sí,
por esos caminos pasan
aquellos que abandonaron
la lucha de cualquier
esperanza.
Llena de brotes la
alfombra persa,
de hojas amarillas, besos
amarillos,
luz en el interior de los
cuerpos,
sin niebla que recubre el
espacio abierto.
La violencia sigue
luchando en las inclemencias
del tiempo roído por la
noche
Las pisadas que se
acercan, todavía lejos, no han sido citadas
al encuentro. Si llegan a
deshora, comenzará el recuerdo.
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