Siempre el mundo, en uno de sus estados, se ha manifestado a través de contrarios. Pongamos por caso, en la pintura, blanco frente a negro. En esta pintura “fluida”- llamada así porque lo mismo que pintas, lo mismo desaparece, digo yo-el color, los colores blanco y negro son esenciales. También el clima, el reposo, la mezcla…posiblemente con colores simples se consiguen unos “efectos” llamativos más interesantes que con muchas mezclas . En los cuadros que acabo de llenar, me faltan espacios en blanco, que era lo que pretendía para conseguir un arte abstracto. Estoy en ello.
Quizás sea el eje de toda la pintura: el mundo de los contrarios. Lo mismo pasa en la sociedad actual: aislamiento-salida. Bares cerrados-terrazas llenas. Público ansioso-público solitario. Vida-muerte. Ser-No ser, humano-inhumano, luz-sombra, endemia-pandemia, culto-ignorante. Ricos-pobres, jóvenes-anciano…
El arte es la suma de contarios. La felicidad y el dolor está en ser contarios. El mundo de luz y de sombras, el mundo de Caronte, es un mundo de contrarios. Los deseos, los razonamientos, los sentimientos y las pasiones son mundos de contarios. Por eso, lograr dominarlos nos sitúa en el verdadero camino
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