Una luz en invierno, un suave
caminar, un observar de nuevo,… un prolongar el día sin rencor. La mirada
cambiante se torna huidiza, disimula la melancolía del invierno, el color
anaranjado de dios sol. Adorado por los hombres mucho tiempo. Desde que nació la
invención. También el recuerdo. Miradas silenciosas que con la llegada de la
oscuridad se fueron apagando. No hay tiempo, el tiempo no existe. Todos los
días son el mismo día, todas las noches son la misma noche. Lo único que nos
hacer ser, es el recuerdo, la fantasía, la ilusión que son únicas en cada
individuo. Incluso a la larga se convierten en difusas y confusas. Hay imágenes
que quisieras ver –de cuadros que has visto multitud de veces- y no recuerdas
con precisión sus rasgos. Solo un Velázquez, Murillo, Zurbarán, Goya,..los
grandes genios , creo, recordarían perfectamente esas imágenes que retrataron,
porque fueron tan detalladas, que es difícil olvidarlas. Podríamos definir el
arte como la fijación o precisión de unas líneas, de unas imágenes. Imágenes
que quedarán para siempre, y no el recuerde de te he visto, como la luz del verano,
como una marcha ligera, como un observar de nuevo…para volver a ver.
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