miércoles, 1 de marzo de 2017

FERRENAVARRO

La escultura vacía, esencial. El hormigón armado, sujeto por finas alambres. Para representar una idea, la IDEA: el hombre. ¿A quién miras?


                                                           Me abro en abanicos, en los agujeros que poseo: ojos de huesos y esqueletos, vulva de la vida. Me abro por donde surge el silencio y la vida se consquista; por donde el mundo empezó a reproducirse la especie. Otorgo poder y magia a lo escondido, al milagro que supone surgir y morir.
Nos sustenta el tiempo y el esqueleto: las piernas como tentáculos quenos sitúan en el lugar adecuado, nos alejan del polvo y de la humedad, mientras vivimos. No nos hace falta subir a los árboles, somos el árbol: levantados, erguidos, definidos como seres humanos: un esqueleto, unos huesos; lo demás para los insectos y gusanos. 
Te enseño el frente que es lo que me define. Las curvas delanteras que constituyen el don de la belleza, lo que soy como mujer y persona: fertilidad y belleza.¿ Qué importa que detrás no haya nada, no exista nada, no tenga nada? Quizás, si existe, vaya a otro ritmo, provoque otros deseos, incite otras pasiones. Por eso, soy lo que ves cuando me miras de este lado; cuando me miras desde el otro, seré diferente, aunque sea lo mismo.

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