¡Qué bella, la iglesia de S. Martín de Frómista!¡Tan alta,tan espigada, tan románica, tan dorada y bellamente ornamentada! Mediados del siglo XI, de tres plantas, con una nave central majestuosa y un llamativo cimborrio octogonal, ábsides circulares, torres cilíndricas.Lo mejor, la sobriedad decorativa, las enseñanzas de los capiteles: Adán y Eva, La zorra y el cuervo,...y esa piedra, tan bien trabajada, dorada como la luz del sol que llega todas las mañanas.
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