domingo, 18 de septiembre de 2016

Septiembre

El mes de septiembre no sufre, se achica. Su aurora “de rosados dedos” sonríe y  viste de oro, aurora amarilla. Madura el día del largo verano, madura el higo y el membrillo; las moras y las uvas de zorra, madura la sabiduría.

El oro de los trigales cae y se pierde la mano que arroja el fruto amarillo en el surco. El sueño renace y se agrieta la política y las relaciones se examinan.
No volvamos la mirada al cielo que implora, son las deficiencias humanas necesitadas de consuelo. Somos dueños de los frutos que el campo te entrega, frutos que has olvidado en tu paladar.

Somos  dueños de nosotros mismos, del cambio que nos transforma en septiembre ...últimos sabores del deseo que chocaron en el agua, el descanso y la felicidad...¿o no?

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