Ese estado en el que rozas la verdad.De pronto, te surge la palabra: ser, seres. ¿A qué llamamos seres?.
Me digo, "mírame, soy un ser imperfecto".
No es que me falten las manos, los ojos, los pies,...no, no es eso.
Pero me falta todo.
Si miro el paisaje lluvioso y verde
me digo:¡Qué belleza, tan perfecto!¡Tiene la humedad que necesita!
si escucho a la gente:¡Qué sonidos, qué jadeos,..!
si me paro a pensar:¡qué recuerdos, qué añoranzas, qué sentimientos..!
Y sin embargo,
soy como esa estatua a la que le falta la cabeza
para dar sentido al tiempo y a la vida,
soy, a veces, el quijote desafiando
al campo en días de tormenta,
¿acaso es eso todo lo que soy y tengo?
No nos falta algo más?:
un instinto de silencio que respete y recupere la poesía,
un olvidarse de los prejuicios para seguir adelante,
un renunciar a lo material para servirse de lo necesario e imprescindible
un vencer el precipicio y el miedo para obedecer los sentimientos,
un llegar sin aspavientos al otro lado
de la vida que nutre, alimenta y hace a uno eterno?
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