¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por
algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo
traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte
del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda
Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus
amigos, o la tuya propia. Ninguna persona es una isla; la
muerte de cualquiera me afecta,
sábado, 14 de enero de 2023
Arte y fotografía
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