jueves, 23 de junio de 2022

Martín Giraldo


 En un día nublado, no de verano, más bien de primavera, Martín Giraldo, el sol. El sol, la luz, todo aquello que alumbre, el fuego, amaneceres y atardeceres, naturaleza misma. Acrílicos de color; reminiscencias de luz de Sorolla, realismo en otros, qué más da. La luz y la sombra, los caminos que trazan ambas, esa luz que no te permite ver lo oculto, el misterio que nunca se ve por estar escondido. 

Pequeñas telas donde se refleja fielmente el fuego, las brasas y la ceniza tras el consumo de la madera: los cambios que experimenta una transformación, que nunca es el mismo instante y siempre parece el mismo. El de las ocho al amanecer o algo antes de un lunes distinto al de un martes, los cambios que imperceptiblemente experimenta la tierra y nosotros con ella. Colores. 

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