Paseaba ayer por el Retiro, y como siempre que se pasea, surgen pensamientos. Uno de ellos se refería al paisaje. ¡Cómo me gustan los árboles! El paisaje nunca es el mismo, a pesar de que lo hayas recorrido mil veces. Cada día, cada momento, en cada instante el paisaje cambia: unas hojas que caen, una rama que parece mostrar una figura humana, unos brotes húmedos y melancólicos que aprovechan el sol, el agua estancada,..LA NATURALEZA. Hay quien le aburre mirar o recorrer el mismo paisaje, a mí no, porque el paisaje está cambiando constantemente.
Otra idea que me vino a la cabeza: desde que tenemos pandemia, el Retiro se manifiesta pandémico: los hombres con bozales, sin verse correctamente las caras, parecen fantasmas, fantasmas por todas las veredas, como si fueran a hacer algo. Noto paseos con deseos, con prisas, con ganas…como si mañana ya no existiera, tomando el sol, sorbiendo un café, paseando en pequeños grupos ruidosos, a pesar de las máscaras,…
No será que el mundo está pandémico? Hombres que mandan pandémicos, ciudades y pueblos pandémicos, periodistas más que pandémicos, flechas que dirigen al mismo sitio pandémicas, comidas y festejos pandémicos….nada es igual a ayer.
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