Muy a menudo, en el arte, imagino
también existe en otras facetas de la vida, los pintores, quien más quien
menos, se afanan por querer ser o parecer Velázquez.
Lo entiendo , independientemente
de que pintar se aprende imitando a los maestros, Velázquez es un gran maestro
del que no se puede escapar, al menos en su admiración, cuando no en su imitación.
Pero cabe distinguir en los
artistas, en los pintores, entre quien desea ser tan técnico, entiéndase esta
palabra en el más amplio sentido, como el maestro al que se imita: “mira otro
Velázquez”; y quien, conociendo esa técnica: encuadre, luz, sombra, color,
dibujo…,pergueña sobre el óleo una obra original, aunque velazqueña. El primero
es una artista que ya no aporta nada, más que a sí mismo; el segundo, se nos
presenta como un nuevo Velázquez, como interpretación del original a su manera,
que añade nuevas aportaciones al arte; al primero, se le añade una interpretación
para indicar que ha hecho algo nuevo cuando lo único que hace es repetir un
estilo; al segundo, no le hace falta explicación, pues el espectador se encarga
de hacer las comparaciones pertinentes.
Voilá. Eso es el arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario