AUTORRETRATO SIN MÍ
Demasiada luz a esta hora de la
mañana. Escribo cegado por los cristales del sol, potente, brillante. He
acabado de leer Autorretrato sin mí de
Fernando Aramburu. Nada nuevo, poesía en forma de prosa, para contarnos su
vida. En el fondo, qué es un libro? A qué se reduce una vida? A contársela a
otros!
Estamos en verano, muy propenso
para añoranzas, momento para la reflexión, tiempo de descanso y de conexión con
el pasado de uno mismo. Elegí bien o mal, caminé adecuadamente? “Nadie puede guardar
memoria ni acaso arrepentirse de lo que no le sucedió./Infinito es el número de
las bifurcaciones, pero a la postre el trayecto es sólo uno”(Invivencias) Pero uno siempre vuelve a lo mismo, es como
la liebre que regresa al punto de origen. Punto que nadie eligió, “ni te elegí,
ni me elegiste, y lo mismo que determiné dejarte, aceptaste tú que te
dejara”(Donosita), aunque siempre vuelve a pesar de los huecos de la memoria.
El libro es un recordatorio de lo
personal e íntimo que en la inmensa mayoría de los casos no interesa más que a
uno mismo. Pero bueno también uno tiene derecho a ganarse la vida, o sino
haberlo hecho tú, haberlo escrito tú, “patria y más patrias”. Lo leíste en el
periódico, sí; lo viste en la realidad, sí; pero no lo escribiste. Solo que
los chupatintas que escriben cada día hablando de libros meten puyas
inmisericordes de publicidad constante sobre obras que no lo son ni quedarán
para el futuro . Alabo al creador, pero me asusta el crítico por su pobre
espíritu de no distinguir la pureza del arte y la belleza de la obra que es
aquella que a la vez que “dice”, se estructura y se expresa con estilo único,
personal e inconfundible.
Ha vuelto el sol a lanzar una
llamarada. El ordenador ha producido un ruido incomprensible que me ha cegado
la inteligencia más de lo normal. No puedo seguir. Hasta la próxima.
FOTOS
Hay imágenes periodísticas,
fotografías de verano, que es mejor no verlas. Uno pensaría que son sucios desnudos
aunque estén vestidos. No todo desnudo es bello. El artístico, sí, por regla
general. Pero fíjate, pongamos por caso la publicidad, en el desnudo de las
enormes piernas, sin forma, casi esqueléticas, de esas mujeres de anuncios. No
tienen medida proporcionada que las haga atractivas: y, como mujeres, carecen
de pechos, de culo, de caderas, son un palo desproporcionado.
Pero yo no me refería a estas
imágenes publicitarias, ni siquiera a esas de las redes sociales de jóvenes enseñando la lengua, haciendo la
victoria, mostrando su trasero o sus pectorales, no, me refería a las fotos de
gentes de poder, endiosadas, que, escondidas, y sorprendidas por los
periodistas, se muestran juntos/as en un jardín de un restaurante, casi
privado, muy certeramente elegido, apartado, silencioso, cuando de pronto son
descubiertos sin que lo esperasen: sus cuerpos, sus caras, sus
actitudes…parecen desnudas, agostadas en años, casi sujetándose, como diciendo:
“nos necesitamos”,” tenemos sorpresas que nos quieren descubrir, pongamos por
caso “fondos reservados”, tenemos misterios que no podemos confesar, pero nos
han visto como si fuéramos una pareja escondiendo su amor y borrachos del baile
y de la comida, estuviéramos listos para el goce”.¿Con esos cuerpo?¡Dios mío,
agárrame, no sé si llegaré a casa! Son cuerpos desnudos…. , agotados por la
ambición y el poder, por el poderoso caballero de Quevedo.¡Que amistades!
No hay comentarios:
Publicar un comentario