domingo, 17 de enero de 2016

Poema cubista


                                                                 Roma

   Kenneth Goldmith: “El cubismo es perfecto, porque eran los ojos de la multitud mirando un objeto desde cientos de perspectivas..”


El sonido de un despertador no lejano,
un ruido que se introduce en el silencio.
(El sonido de un cercano despertador
imantado de silencio por el ruido)
No ha amanecido
(Sigue de noche)
y percibo hormigas que recorren mi cuerpo
en un lecho templado.
¡Ah, el calor de los cuerpos...!
¡Ah, la hora de la conciencia...!!
¡Ah, el momento de la realidad...!
¡Ah, el instante de la angustia..!
Subo la persiana que oculta
la oscuridad, diviso figuras de negro
atravesando la calle, con prisas y agobios.
¡Personajes sin ley ni casa
personajes con casa y sin ley .!
¿Hay alguien a estas horas que sueñe?
¿Hay alguien a estas horas que esté seguro?
¿Hay alguien que no huya del día
como un perro lleno de escarcha nocturna?
Es invierno .
La luz lucha contra la oscuridad
la oscuridad no quiere ser vencida
aunque poco a poco la luz se va apoderando
y llena de monstruos, los monstruos del día.
Me quedo mudo, frío..esperando¿será la misma
sensación lunar? De pronto doy unos saltos
como Aldrin, estoy en la ducha, en la calle, en el metro,
en el trabajo : escucho de pasada, oigo
a los periodistas charlatanes, a las televisiones
lameculos: noticias corruptas, ¡las de siempre!...Otro día
para desfondarse y querer ser uno mismo,
para deslizarse por el fango del metro,
para camuflarse en los vericuetos subterráneos:
timadores, chantajistas, camorristas,
embaucadores, presidentes y políticos.
A mi lado, un niño Bescansín llora en la cuna,
(otro joven se quita las legañas,
otro va con rastas llenas de piojos,
otra con una argolla en el labio/oreja,
otra va sin legañas,ni rastas, ni piojos..)
medio dormido, medio despierto,
la tristeza de su vida futura. Su madre
guarda el pecho sin leche. De pronto
el niño Bescasín, lo imagino, en el campo
-siempre se hizo así, en Castilla y León-
junto al rocío, cubierto en mantas de algodón,
o junto a la mina
-siempre se hizo así en Asturias-
cubierto de tizne. Y la madre sin leche
blanca, con un chupete de agua..
Ahora ha amanecido
y ya siento lejos el hormigueo del despertar
(besos de amor, suaves besos
de enamorados cuyo padre Pleberio
impuso las normas, hasta verse y quererse en el metro)
con la realidad que nos envuelve en prisas,
carreras,...lejos del cantar.
Salir de lo oscuro, escondido e íntimo,
salir a la calle luminosa, verde y amarilla,
salir al ladrillo y al cristal del dinero, brillante,
cubierto con una bufanda
¡caparazón tan débil para el filo de las navajas

de invierno!

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