La pena es que no te dejan hacer fotografías, ya sabes que como toda fundación, su requisito es desgravar y ganar dinero.
Pero la exposición merece la pena. Tiene también exposición temporal.
En ella se puede ver al Miró clásico, al que conocemos, y al Miró vanguardista y de collages.
Excelente.
Unas salas exponen la copia que Dalí hacía de los cuadros de Picasso: maravilloso.
Más floja: la evolución en la pintura de Picasso, ya que después de haber visto esa rivalidad entre dos de los dos genios más grandes de la pintura española, las restantes salas de exposición tienen poco sentido. Pero merece la pena. Por supuesto tampoco es posible fotografiar.
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