domingo, 1 de enero de 2012

TOMÁS TRANSTORMER










SIESTA

Pentecostés de piedras. Y con lenguas crujientes…
La ciudad ingrávida en el espacio del mediodía.
Sepultura en luz hirviente. El tambor que acalla
los palpitantes puños de la eternidad cautiva.

(N.del blog: pentecostés: el quincuagésimo día después de la Pascua, que celebra el descenso de la sabiduría, del Espíritu Santo... "luz hirviente:siesta, eternidad cautiva: sentido)

El águila sube y sube sobre los que duermen.
Un sueño en que la piedra del molino se vuelve como el trueno.
Pasos del caballo con la venda en los ojos.
Los palpitantes puños de la eternidad cautiva.



(En la siesta: el águila sube, planea...,la piedra de molino,...los pasos del caballo -con los ojos cerrados, da vueltas, trabaja, los palpitantes puños..)


Los que duermen cuelgan como péndulos en el reloj del tirano.
El águila planea, muerta, en las cascadas que fluyen del sol.
Y resonando en el tiempo —como el ataúd de Lázaro—
el ombligo que late, de la eternidad cautiva.

(Tumbado sobre la tierra de Castilla, el ombligo late, poco tiempo pero parece una eternidad: resonando en el tiempo...No lo puedes entender si no lo has vivido. Siesta campestre)

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