Apareció el gato, mientras
trabajaba, y su mirada me paralizó. Me queda el repaso, la insistencia en la transformación
de “pintura fluida”a pintura espesa, de brocha. Un trabajo original. El
invierno está siendo muy frío por las noches y la pintura se cuartea, y más
cuando no estás donde corresponde. Pero todo tiene solución. El arte es un
concepto que surge con la inteligencia y con el pensamiento. La semiótica de la
pintura funciona lo mismo que la semiótica del lenguaje, y sobre todo, de un
lenguaje performativo. Una pintura es verdadera si su representación corresponde adecuadamente a aquello que
representa, y es falsa, en caso contrario; de ahí que incluso elementos tan
esenciales como el color e incluso la línea han girado en nuestra mente de tal
forma que cumplen una función real sobre aquellas realidades no concebidas en
principio de tal forma o color por nuestra mente. Y es porque la representación
performativa incluye formas, paradigmas, que nos vinculan a la realidad de los
objetos.
Hay quien habla también, no saliéndose del tema, de que tales representaciones, el objeto en sí, constituye un metalenguaje que está o se desarrolla en nuestra mente desde que nacemos. Diremos pues que el dibujo, por tanto, es un metalenguaje.
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