martes, 31 de agosto de 2021

J.D.Salinger


 De vez en cuando, en verano, me da por la lectura de obras que, siendo más joven o bastante joven, me gustaron.    El otro verano le tocó a Orzowei de A.Manzi, obra que me entusiasmó de niño, pero que ahora de mayor no he podio soportar 

Este verano oí por radio un comentario de un poeta sobre El guardián entre el centeno, se publicó en 1951, que la consideraba “un clásico de la literatura moderna “ estadounidense, que era leída y estudiada por todos los alumnos de secundaria. También aquí en España. Como yo la conocía y había leído hace bastantes años, he pensado que tal vez  ahora, en otro momento de mi vida, observe otros rasgos que me pudieran acercar o alejar a aquella primitiva lectura. La verdad es que me han alejado.

Para los que no la conozcáis os resumo brevemente la historia: se trata de un joven que nos narra en primera persona su paso por el colegio de secundaria –habla del colegio, las habitaciones, los compañeros,…- del que es  expulsado por mal estudiante y en lugar de regresar a casa, se dedica unos días a llamar a amigas y amigos, visitar bares y lugares, gastándose gran cantidad dinero, hasta el día que obligatoriamente han comunicado a los padres las vacaciones.

Gracias a su relato conocemos a su familia. A su hermano muerto y a su hermana Phoebe, también a sus padres, que al final no nos cuenta cómo le echan la bronca por ser expulsado.

Cuando se escribió la novela gustó, parece, esa actitud del joven rebelde que detesta la sociedad y que hace un planteamiento de alejarse  de la misma abandonando su casa y familia, aunque al final continúa con su protección 

Algunas cuestiones:

¿Cómo es este joven?  Desde la historia se manifiesta un poco melindroso: le molestan algunos saludos o despedidas típicas de la cotidianeidad, se muestra ante diferentes situaciones constantemente deprimido ,a veces él reconoce estar “como una regadera”. Pero por otro lado, se muestra perspicaz, interesado por la literatura.

¿A qué se debe el título? A un poema de Robert Burns que dice:” Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno…”No lo entiendo. Los niños jugando, sin vigilancia, entre el centeno, y si no fuera por el protagonista caerían al precipicio?

Holmes, el protagonista , como cualquier joven, desorientado, no sabe qué hacer en la vida, pero el profesor Antolini –que luego resultó marica- le orienta sobre una educación académica –es lo más profundo de la obra. Lo demás es casi intrascendente.

Prefiero El Lazarillo de Tormes, también narrado en primera persona.  

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domingo, 22 de agosto de 2021

Luis Landero


 

LLUVIA FINA de Luis Landero

 

“…,porque lo que el olvido destruye, a veces la memoria lo va reconstruyendo y acrecentando con noticias aportadas  por la imaginación y la nostalgia, de modo que entonces se da la paradoja de que, cuanto mayor es el olvido, más rico y detallado también es el recuerdo” (cap.16)

Este pensamiento de la protagonista principal, Aurora, (esposa de Gabriel, hermano de Sonia y Andrea), refleja el mundo en que se desenvuelve la maravillosa historia de esta novela de una familia rota por la pérdida temprana del padre, y con una madre que tuvo que sacar adelante a sus tres hijos. Aurora se convierte en la confidente de todos y a la vez que ella descubre la vida de la familia y hasta de su cónyuge, los lectores participamos implícitamente de ese conocimiento. Cada protagonista trasmite de forma distinta a los demás los mismos hechos - cómo la memoria avalada por infinidad de cuestiones nos traiciona con el paso de los años- y , ni siquiera, Gabriel que parece el más firme en sus convicciones, se salva de que sus hermanas o su esposa no lo hayan “conocido” en profundidad o de la misma forma.   

   Es una gran novela, muy al estilo de la novelística del siglo XIX: Landero crea un mundo real, importante, con un estilo natural y preciso para retratar la problemática de una familia –envidias de los hijos entre sí, desconocimiento, evolución..-  que es como si fuese la de cualquier familia, a la que nunca llegamos a conocer y sobre la que tenemos siempre interpretaciones parciales .

Excelente- 

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domingo, 15 de agosto de 2021

Rosa Ribas


 Soy poco aficionado a la novela negra, apenas me interesa. A pesar de esto, caí en la trampa guiado por Fernando Aramburu,el autor de “Patria”, quien comentó en un periódico que deseaba leer “los buenos hijos” de Rosa Ribas, porque sino recuerdo mal, le había gustado “El pintor de Flandes” de la misma autora, y como yo lo había leído y no me había gustado nada, por lo poco lineal de la historia y confusa, pensé que a lo mejor estaba equivocado y merecía la autora otra lectura por mi parte.

Y ahora que ya lo he leído, sigo con la misma impresión. Este por lo menos se entiende.

La autora nos presenta una agencia de detectives formada por una familia disfuncional, pero una familia que se dedican a las actividades de detectives, nada especial, hasta que les surge un caso de una chica que se ha suicidado y que su familia desea saber por qué. Antes de que acabe la investigación ,la familia se echa para atrás, sin desear sabe el fin del tema, pero el hijo de la familia de detectives (matrimonio y tres hijos) sabe que hay algo raro y sin decírselo a su padre -creador de la saga. Decide seguir investigando por su cuenta con la ayuda de una hermana. El tema termina mal.

La historia no es del otro mundo.La autora la distribuye en tres partes.Pero si lo vas a leer, con que leas la última parte es suficiente, lo demás es secundario. Demasiado, para que sea un gran libro de novela negra como dicen en la portada algunos papanatas.

Está bien escrito. Estilo seco y cortante, carente de adornos y de reflexiones . Desde mi punto de vista es una obra muy secundaria




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miércoles, 11 de agosto de 2021

Tormenta


 Se producen repentinos fenómenos naturales difíciles de explicar. Se puede saber porque cierran El Retiro de Madrid. Empezó la alcaldesa Carmena, lo critiqué, y ahora lo hacen los demás alcaldes, y lo he vuelto a criticar. Cierran la naturaleza, dejando abierta la ciudad, que tiene más peligros que la naturaleza.


 Esta tarde, de sopetón, ha surgido casi un huracanado viento -.por eso cierran El Retiro- que amenazó con volar los toldos de los edificios. Nadie sabe de donde vino ese viento ni a donde se fue, porque tal como vino, desapareció.


Miré el cielo porque observé un sol rarísimo, sin fuerza, como un Presidente de Gobierno agotado por el trabajo que pasa de los periodistas. Ausculté el sol, trajiné con los toldos con grave peligro, y me dije: no es lo malo este viento, sino lo que vendrá después, la tormenta. Así ocurre muchas veces en la vida.

No conforme, seguí buscando el sol en el cielo. ¿Dónde se escondió? A ver, que me lo expliquen los ecologistas! Posiblemente aparezca o nazca mañana con otra luz, en otro día, como sucede con los problemas humanos:" mañana será otro día!"


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domingo, 8 de agosto de 2021

Verano


 La hierba amarilla del verano tiene unos surcos como si fueran el fruto de la pandemia. El dorado de la avena se mantiene firme hasta granar. Entonces empieza el canto de la cigarra y el bochorno plomizo del mediodía. Me pongo un sombrero de paja - de aquellos que siempre se usaron- para aguantar este fuego. Recibo al electricista, porque siempre hay gente que trabaja, gente que recoge en los campos las sandías, los melones y más adelante el girasol. Ahora, hasta los frutales necesitan agua. Mojarse, refrescarse...Oigo los motores de la trilla retumbar en mis oídos, y noto el sabor de la magarza seca atando mis pies. son momento fugaces del verano. 

Y como decía Ferlosio:"El jardín del sol tenía un almendro, junto a la valla, que echaba sus ramas hacia la calle. Los veranos se ponía una cigarra en la corteza de este almendro y cantaba durante toda la siesta. El aire se aplastaba sobre aquel canto y nadie podía ya moverse hasta que la cigarra no se callaba, de tanto como pesaban todas las cosas. Era la cigarra de los bochornos plomizos, cuando se envenenan las sandías"    

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