Salgo a la calle para realizar
una tarea. Me repele lo que veo. Toda una muchedumbre ocupa los espacios, casi
te chocas con la gente: niños, jóvenes, parejas, grupos mayores, con
mascarilla, sin mascarilla, sentados en los bares, hablando muy alto como si nunca
se hubieran visto y procedieran del averno que es su casa, un lugar oscuro que
hasta ahora nadie sabíamos que nos era imposible soportar. ¿Quién inventó lo
del paseo? ¿Quién inventó lo del retiro, la cuarentena? Las televisiones.
Nada de tristezas, a echar la
casa por la ventana, porque es muy difícil, como dice ese gurú de la sanidad,
contabilizar la calidad numérica (se lo
escuché dos o tres veces) de los muertos. Somos el único país que no sabemos
contabilizar los muertos. Ya en Europa nos dejan por imposible. Pero sabéis por
qué? Quieren quitarse la responsabilidad. Lo dije hace tiempo en este blog: todos
somos responsables, nadie es responsable. ¡Pero es que ha habido tantos muertos
como con los atentados!! Ahora huyen del MANDO ÚNICO, pero ellos son los que se
encargaron de pedir el material que no conseguían, engañados por la urgencia, y
dejar contagiados a los médicos por falta de éste.
Me pasa como a Rubalcaba, ese
político ya fallecido, no soporto la mentira, no soporto que me mientan. El diría:
España no se merece un gobierno que le mienta.
¿Habrá algún día justicia?
Responderán de las muertes en Residencias todos aquellos que dijeron que no
fueran a los hospitales porque estaban colapsados. ¿Y quién los dejó colapsar?
Aquí está el meollo jurídico.
Entre tanto voy a respirar al
campo, el perfume del arte, me lleno de ideas, de sabores y colores, me
dispongo a prepararme para la NUEVA
NORMALIDAD.¡Qué inútil inventó esta sandez? Dios le guarde en
el seno del averno muchos años1
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