sábado, 14 de mayo de 2016

Manuel Millares y Maruja Mallo

Siempre me gustó y me hipnotizó este cuadro del canario Millares: "Cuadro 92". Un collage en toda regla. Pero también una pintura en toda regla: manchas de pintura, botes de pintura, como si fuera caída, lanzada, garabatos,.. sobre tela, saco rústico blanco, pintarrajeado, negro sobre blanco. Con una forma de figura, allá cada uno con su imagen -Cristo, río...-, que en su color discurren paralelos, dando la impresión de que no es algo que esté hecho al azar.
 La pintura es aquello distinto, cuya perfección se encuentra en la mirada del espectador, en la comunión que se establece entre el proceso pictórico y el tiempo que transcurre hasta que alguien la observa, y esa observación se vincula a algo existente en el mundo real, aunque siempre quepa la duda del objetivo o fin con que se hizo.Allá cada uno.   


Maruja Mallo: Estrellas de mar.
Me encanta este cuadro
Hay quien habla de un estudio muy elaborado sobre la geometría y las matemáticas por sus forma y su  movimiento.
El movimiento filosófico es el que me interesa.¿Cómo lo consigue? Gracias al trazo de la pintura: la mezcla del blanco con el gris, luz y sombra, da ese relieve que transforma la quietud en movimiento. En un espacio -la pintura es espacio y tiempo- tan minúsculo tres mujeres desarrollan sus movimientos circulares sin interrumpirse ni chocarse.
Además de esto, hay en el cuadro toda una simbología que para los aficionados al arte no podemos menos de relacionar: yo las relaciono con el cuadro de Rubens de la Tres gracias-tan copiado y representado en múltiples formas y actitudes por otros artistas; que aquí las Gracias se represente en forma mujer mecánica-robots corresponde al signo de los tiempos.


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