Llegas a mayor y distingues....
La vida tenía que manifestarse al revés.
NY es una ciudad como todas las ciudades. Los mismos espacios donde pasar el tiempo.
NY es como la cabeza de un hombre: la nuca es la parte superficial que ves, y la frente es lo escondido y que no ves. El turista nada más ve la nuca: unos enormes edificios, otros de tamaño mas normas: iglesias o casas o edificios de siglos anteriores, un enorme parque natural que antes fue artificial, algunas esculturas exteriores sin estilo, espacios largos, enormemente largos, y barrios que son como ciudades distintos cada uno.
La frente del hombre del que hablamos es el interior de este bosque de edificios. Tan brillantes, tan relucientes, y tan altos para qué? Y si son bajos, qué contienen? Y es como si todo a cualquier hora estuviera lleno de público, de muchedumbre, de estar todos juntos, en masa. Sólo los ejecutivos se esconden en las alturas , creo yo, de unos edificios que juegan con los negocios, los últimos negocios del último día.
No es malo. Todo el mundo consume. Hay un ambiente enfervorecido por conseguir al poderoso caballero mediante la venta y compra en cualquier lugar. Gente joven que busca abrirse paso en un ambiente que es visto desde las alturas por aquellos que se reparten el negocio de la vida.
Leer más...Cuando llegamos, hay mucha gente mirando "esa enorme Pila Bautismal". Revolotean los pájaros ,las palomas, los seres humanos, ...en un espacio que recuerda hechos, procesos que parecen sentirse en los fondos del cemento. Tengo la sensación de que ya he estado en este lugar. No sé muy bien desde donde fotografiar. Lo más alejado, altos, rodean ese valle de lágrimas.
Caminamos por la zona con desgana, como si se tratara de un entierro, viendo las enormes torres adorar a los difuntos.
Renazco cuando me encuentro en el World Trade Center con el Oculus de Calatrava. Después de ver construcciones tan empinadas por todas partes, unas hacia la derecha, otras hacia la izquierda, o hacia el centro, a cual más alta, se asoma el blanco de Calatrava, con un hilo de esperanza, queriendo salir volando en la estrechez del espacio que le dejan esos enormes rascacielos. No lo niego:¡me encantó,muy original!
Leer más...
Se van, transitan, vuelan...de un lugar a otro. ¿Es el instinto? Han pasado por Madrid. Un saludo. Hasta el próximo año.
El Rockefeller Centre, La Gran Central Terminal,y el Gran Central Market una vez recorrida la zona de los grandes rascacielos de la zona de negocios, donde reside la riqueza de este país. De vez en cuando se podían ver esos ejecutivos jóvenes que asistían al piso veintitantos de un rascacielo que no lograbas divisar completamente. Cada uno con su forma, que ya no existe forma posible de inventar el nuevo edificio. Nos trasladamos después de un recorrido por la mañana bastante agradable, en medio de esos rascacielos, observando la tendencia de los americanos a poner plantas y algo de naturaleza donde el hormigón y el vidrio son los dueños y fuimos a comer aun restaurante mejicano con fama en el lugar. El ambiente era destacado.
Leer más...Una pesadez la aduana: colas, fotos, documentación,..
Y una pesadez el traslado al hotel: taxi con coreano al mando: trayecto de una hora, con una carretera en obras y en muy mal estado, pero agradezco la música y la habilidad del taxista coreano.
El hotel -todo el personal de habla española- estaba muy cerca de la mayor animación de Nueva York: Time Square. Un mundo de luces y anuncios luminosos te envuelven sin querer. Gente, mucha gente con diferentes funciones: turistas, venta de comida americana: perritos y hamburguesas, fotógrafos -muchísimos- para hacerte una instantánea; bicicletas con coche adjunto a toda música; payasos haciendo el payaso, gorditas americanas en minifalda sin ningún complejo, influencers buscando la mejor foto, artistas mal pagados retratando a una chica joven y bella en situaciones incomprensibles, familias riéndose porque aparecían en los anuncios de comidas de algún centro de hamburguesas; coches que pitan para que los dejen pasar porque los peatones no respetan los semáforos, mujer ofreciéndote comida, churros que son porras, fotógrafos llegados de diferentes países buscando la imagen perfecta, jóvenes aburridos que no tienen nada que esperar, sentados, y pasando el tiempo, gente que se choca con dialectos distintos , todos participando -por activa o por pasiva- en una tarde, noche o amanecer que para cada uno es único, cuando todavía el sol no ha salido y falta poco para que salgo y el espacio dejado por unos va a ser ocupado inmediatamente por otros, porque en Time Square la vida es constante y permanente, sólo cambia el sol que nadie percibe, porque la auténtica luz en el neón.