Una buena experiencia. Una gruta que sigue forjándose. Ya lleva el río cinco niveles. El trazado es ideal para cualquier persona. Se empieza por el cuarto nivel desde el que se observan todos los niveles. se sube al último, el más alto, en una fácil subida. Observamos las figuras imaginadas que existen en cualquier gruta, caminando. Y al final del recorrido de ese último novel bajamos escaleras, amplias para llegar propiamente al último nivel, donde suena el río con abundante agua. Hacemos el recorrido por un caminito estrecho, muy bien diseñado, mirando las rendijas de la montaña, que forman los distintos niveles, este recorrido sí es algo largo, pero se hace bien, es cómodo. Llegamos al final de la montaña -hemos ido de un extremo al otro- para baja junto al río, donde hay una barca preparada que, ahora sí, a gran velocidad, nos lleva a la salida. Esto gusta mucho. Decir, que la cueva o gruta sigue en proceso.
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