jueves, 23 de mayo de 2024

DIAS


Hacía tiempo que no iba por el centro de Madrid. No ha mucho que un taxista me había dicho que Madrid tenía muchísimo turismo, como nunca. Hoy he podido confirmar que es cierto. Por el centro de Madrid hay muchísima gente. No sólo extranjeros, sino también españoles. Me quedo asombrado de la cantidad de jóvenes que circulan sin ton ni son. ¿No estudian?. ¿No trabajan?. No lo entiendo, tanta gente en bares, en terrazas, en tiendas, menos en Museos. Pienso que como todo es gratis: gratis el metro, gratis el autobús, gratis el museo,..  Desde la covid el mundo es distinto. Creo que pertenezco al otro mundo donde todo costaba mucho: trabajar, estudiar, pagarte los gastos, comprar la casa durante cuarenta años, no había ocupas. Hoy parece que todo el mundo con quince años tiene derecho a todo. Me meto en el Museo, y veo cantidad de jóvenes -no digo nada de los mayores que prefieren las tabernas y terrazas- que nada más entrar circulan buscando la puerta de salida. ¿A qué han ido? 
Me detengo junta al Instituto Cervantes: hay una pareja de dos chicos extranjeros que están haciendo una foto en el exterior, me detengo, miro qué imagen se observa para fotografiar, y la hago a mi manera con una especie de cúpula reflejada en el cristal. No paso dentro del Instituto porque sé que dicha institución la dirigen quienes no tienen ningún mérito para ello. Prefiero pensar que el buen arte se encuentra fuera, no en las redes sociales, pero sí en la soledad de la infinidad de artistas que tiene este país.

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