Un asunto particular me da pie para holgazanear un poco por Móstoles: paseo por sus calles, observo su gente, miro furtivamente las tiendas, oigo mucho ruido por las calles, me falla la carga del teléfono y no me queda más remedio que meterme en una cafetería para cargarlo a la vez que me tomo un café: La cafetería es relativamente pequeña, pero el murmullo y la forma de hablar son espantosos, he creído volverme loco, cinco señoras de mas de 70 años hablando a grito pelado, nunca he soportado tanto ruido humano!, pero en la calle pasa lo mismo, posteriormente me he sentado en una plazoleta céntrica a leer el periódico y unos muchachos jóvenes cargando y descargando contenedores gritaban más que los motores,...como consecuencia he salido pensando que a Móstoles le falta algo de educación.
Decido meterme en los dos museos que tiene en su centro: Museo Centro de arte dos de mayo y Museo de la ciudad. El dos de mayo tiene poco que ofrecer: estamos en él, los funcionarios, vi unos seis, y estaba yo solo visitándolo. Planta primera y tercera, las otras "huerto" me dijeron en la azotea, aquello no es huerto ni nada, las demás cerradas.¡Qué pena! Falta interés, innovación, espíritu,..
El Museo de la ciudad, podían decir del dos de mayo, de esos labradores que se sublevaron contra los franceses, historia de esos sucesos, población que tiene Móstoles, tinajas y sala de dibujo a lápiz -lo mejor- pregunto por los restos romanos y anteriores porque veo fotografías pero allí no están, la señora que controla tiene que preguntar a la guia turística, "no están, sí -me pareció entender.- en Alcalá de Henares. Alli se pueden quedar! Soy también el único visitante. ¡Qué abandono!
Luego paseo por sus calles: La Casa de las Mujeres, -me dicen-; la Iglesia y sus santos, y las diferentes caras o rostros en la Avenida del dos de mayo. No más.
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