domingo, 21 de septiembre de 2014

E.L.James


50 SOMBRAS DE GREY

-“He conocido a un tipo escandalosamente rico que quiere mantener conmigo una especie de extraña y perversa relación sexual en la que yo no tengo ni voz ni voto” Cáp.13) De esto trata la obra: Ella, Anastasia, la SUMISA; él, Grey, millonario, el AMO. Para esta relación, él le pide que firme un contrato sobre qué actividades sexuales desarrollar dentro de un listado. Y hasta que decide qué quita o pone la protagonista, da pie a la autora para que en dicho tiempo del transcurso de la novela las practiquen sin  decidir el contrato.
PERSONAJES:
-ANASTASIA, joven licenciada en literatura, virgen sexualmente, que tras una entrevista para una revista se enamora del hermoso Grey, millonario y críptico.
-“¿Por qué no te gusta que te toquen?(..)
-porque estoy muy jodido, Anastasia. Tengo muchas más sombras que luces.”(Cáp.16)
CONCLUSIÓN: Es una obra banal, intrascendente, no aporta nada novedoso y sí tiene muchas dosis de insoportable porque:
-da vueltas a la misma idea: firmar el contrato
-es insulsa en los diálogos de correo por internet entre los protagonistas.
-sexualmente no aporta nada a la literatura (en España tenemos Las edades de Lulú): siempre es lo mismo pero en lugares diferentes, excepto la técnica sadomasoquista de "zurrarse"
-se repite la idea de la mujer como objeto sexual (por cierto ella es muy contradictoria y la terminación de la novela se reduce a su último capítulo donde la protagonista cambia ante una técnica que había practicado)
-no tiene ninguna reflexión sobre temas que vienen a cuento: dolor, goce, amor,…
-por último le sobran 400 páginas. Por tanto NO TE LA ACONSEJO   



                                                                        M.H.:"Hombre y mujer"

He tenido un sueño:

Con este país. Salí a la calle para ver la realidad.
Me pareció que el desempleo no existía, que la pobreza era menor, que no había desigualdad.
Me pareció que los políticos que llevaban doce años de poder se habían jubilado, que ahora los políticos eran jóvenes;
Me pareció que los representantes del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo, del Tribunal de Cuentas y de otros Tribunales jurídicos se habían ido a su casa con sesenta y cinco años de edad;
Me pareció que los bancos devolvían el dinero con los intereses  que habían defraudado durante las boom de la construcción y la estafa de preferentes;
Me pareció que los corruptos por primera vez habían ido a la cárcel y se les obligaba a devolver el dinero que no era suyo;
Me pareció percibir una nueva savia en los periódicos una vez jubilados los mentirosos;
Me pareció que las televisiones hablaban más de cultura que de deportes porque los partidistas y fabuladores estaban en su casa inventando historias para sus nietos;
Me pareció que las nuevas leyes consideraban delito cobrar más de un sueldo;
Me pareció que las nuevas leyes no tenían letra pequeña para engañar con preferentes o retirar el dinero a paraísos fiscales;
Me pareció que todas estas renuncias que fui apreciando contribuyeron a apreciar una realidad más real, a distinguir otra realidad y dije: podemos



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