Sobre las calles sucias el zapato roto
deja ver el humilde pie, en su largo
recorrido, estrecho, sin
mirar a otro
sigo al camino que en la suela cargo
Sin sentir lamentos y tristezas como
el silencio fiel compañero abastecido
de polvo y tierra en el banco frío
cual cruel mendigo al cielo me asomo.
No en vano quiso la vil sociedad
ultrajar mi cuerpo y mis vestidos
deshilachados por el tiempo y el vino
Perdido voy y sin rumbo al avanzar
No se me ocurre otro triste desatino
que ir por senderos que he recorrido.
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